TEMA 3- CONTENEDORES Y SUSTRATOS



MODULO 3.          

                     “CONTENEDORES Y SUSTRATOS”
      1.0.-Introducción
1.1.- ¿Qué es un sustrato?
1.2.-Propiedades FISICAS
1.    Densidad aparente
2.    Suministro de aire: porosidad
3.    Capacidad de retención de agua
4.    Textura
5.    Estabilidad
6.    Rehidratación
7.    Estructura
1.3.-Propiedades QUÍMICAS
1.    Capacidad de retención de nutrientes
2.    Fertilidad
3.    Salinidad
4.    PH
      1.4.-Propiedades BIOLÓGICAS
      1.5.-OTRAS propiedades
      1.6.-Características del SUSTRATO IDEAL
      1.7.-Clasificación de los sustratos utilizados para viverismo.
1.7.1.- Según su capacidad de almacenamiento de nutrientes.
1.7.2.-Según su origen: ORGÁNICOS e INORGÁNICOS
1.7.2.1.-ORGÁNICOS
1.    Turbas
2.    Residuos forestales: tierra de bosque
3.    Residuos agrícolas o ganaderos: COMPOST
4.    Fibra de coco
5.    Orujo de uva de aceituna
6.    Cascarilla de arroz
1.7.2.2-INORGÁNICOS
1.    Perlita
2.    Vermiculita
3.    Arcillas expandidas
4.    Zeolita
5.    Fibra de arena
6.    Cenizas
1.8.- Consideraciones a tener en cuenta para producir un sustrato según las distintas condiciones.
2.- CONTENEDORES
         2.1.- Introducción.
         2.2.- Condiciones que debe tener un buen contenedor.
         2.3.- Materiales utilizados.
                   2.3.1.-Barro cocido.
                   2.3.2.-Plástico.
                            2.3.2.1.-Tipos en función de su uso.
                                               A-Semilleros.
                                               B-Estaquillado.
                                               C-Para engorde.
                   2.3.3.-Papel.
                   2.3.4.-Fibra vegetal

1.-SUSTRATOS
1.0.-Introducción.
Como, por lo general, la planta se va a sembrar en contenedor, el volumen para el desarrollo radicular es limitado, mientras que las técnicas actuales de viverismo suelen provocar una mayor transpiración a la planta. Será muy importante, pues, averiguar las características del substrato como, por ejemplo:
·         la cantidad de nutrientes que aportará y como se retienen,
·         la cantidad de agua que retenga y deje a disposición de la planta,
·         la aireación para que la planta desarrolle un volumen radicular y aéreo suficiente y sano.

1.1.- ¿Qué es un sustrato?
El término sustrato aplicado en agricultura, se refiere a todo tipo de material, natural o sintético, mineral u orgánico, natural o de síntesis, distinto del suelo, que colocado en un contenedor, tiene como función principal el servir como medio de crecimiento y desarrollo a las plantas, favoreciendo el suministro de agua, nutrientes y oxígeno, al permitir su anclaje y soporte del sistema radicular. El sustrato puede intervenir o no en el proceso de nutrición mineral de la planta.
1.2.-Propiedades FISICAS
Hacen referencia a las propiedades que tiene un sustrato desde un punto de vista de las que tienen sus componentes.


  1. Densidad
La densidad de un sustrato se define como “masa por unidad de volumen”. Aplicado al caso de los suelos, se traduce en la cantidad de material sólido por unidad de volumen. La densidad real tiene un interés relativo. Su valor varía según la materia de que se trate y suele oscilar entre 2,5-3 para la mayoría de los de origen mineral. La densidad aparente indica indirectamente la porosidad del sustrato y su facilidad de transporte y manejo. Los valores de densidad aparente se prefieren bajos (0,7-01) y que garanticen una cierta consistencia de la estructura.
El valor adecuado puede estar entre 0,15-0,45 g/ml, aunque para plantas pequeñas y bandejas grandes (hortícola), debemos tener valores de menos de 0,2 g/ml.
  1. Suministro de aire: porosidad
En un volumen determinado, (suelo, maceta o alveolo), se puede observar, que una parte de este volumen está ocupado por materias sólidas y otra por agua y aire. Por tanto se define POROSIDAD, “como, la fracción de suelo, maceta o alveolo, no ocupada por materas sólidas Se habla de porosidad como la proporción de “huecos o poros” que hay en un volumen determinado.
El grosor de los poros condiciona la aireación y retención de agua del sustrato. En los poros grandes (macroporos) se almacena el aire, mientras que en los pequeños (microporos) se llenan de agua.
Una mayor cantidad de poros gruesos, supone una menor relación superficie/volumen, por lo que el equilibrio tensión superficial/fuerzas gravitacionales se restablece cuando el poro queda solo parcialmente lleno de agua, formando una película de espesor determinado.
La porosidad debe ser abierta, pues la porosidad ocluida, al no estar en contacto con el espacio abierto, no sufre intercambio de fluidos con él y por tanto no sirve como almacén para la raíz. El menor peso del sustrato será el único efecto positivo. El espacio o volumen útil de un sustrato corresponderá a la porosidad abierta.
Es el volumen total del medio no ocupado por las partículas sólidas, y por tanto, lo estará por aire o agua en una cierta proporción. Su valor óptimo no debería ser inferior al 80-85 %, aunque sustratos de menor porosidad pueden ser usados ventajosamente en determinadas condiciones.
El espacio poroso total debe de ser mayor del 85 %, mientras que la capacidad de aireación (porcentaje de volumen de sustrato que contiene aire tras haberlo saturado con un riego y haber dejado escurrir el agua), que está relacionada con la cantidad de macroporos, ha de estar entre el 20-30 % (nunca menos del 20 %).

         El oxígeno es también requerido por los microorganismos, y por tanto, las plantas cultivadas en sustratos orgánicos, con elevada población microbiana, requieren el doble o más de oxígeno que las plantas cultivadas en sustratos minerales.




  1. Capacidad de retención de agua
Ha de tener una elevada capacidad de retención de agua, pero en forma asimilable o fácilmente disponible. También es importante un buen volumen de agua de reserva, para casos de necesidad.

La disponibilidad del agua y aire es muy importante debido, como ya se ha comentado, al pequeño volumen de alvéolo, que conlleva una elevada concentración de raíces con una alta demanda de oxígeno y eliminación de anhídrido carbónico, para mantener las necesidades requeridas por la planta.

Así, un buen substrato debe tener entre un 20-30 % de agua asimilable, y de un 4-10 % de agua de reserva.

Los poros que se mantienen llenos de agua después del drenaje del sustrato son los de menor tamaño.

  1. Textura
Se define como “la proporción relativa de cada una de las partículas Ha de ser una textura fina, homogénea, manejable y que se pueda mezclar con facilidad. No podemos usar substratos gruesos, en los que la semilla tenga dificultades de germinación y crecimiento.

  1. Estabilidad
El substrato debe ser estable físicamente, para no tener problemas de contracciones o hinchazones, o apelmazamientos del substrato.

  1. Rehidratación
Es la capacidad de restablecer o asimilar el agua una vez se ha desecado el substrato. Debe ser capaz de volver a recuperar el agua con facilidad. El tiempo máximo en restablecerse debe estar por debajo de los 5 minutos. La turba, especialmente la negra, tiene un gran problema de mojabilidad, lo cual hace que al secarse sea muy difícil volverla a humedecer.

  1. Estructura
Se define como “la ordenación espacial de las partículas del suelo en unidades compuestas”. En un sustrato, puede ser granular (turbas) como la de la mayoría de los sustratos minerales o bien fibrilar (fibra de coco, algunas fracciones de la turba rubia). La primera no tiene forma fija, acoplándose fácilmente a la forma del contenedor, mientras que la segunda dependerá de las características de las fibras. Si son fijadas por algún tipo de material de cementación, conservan formas rígidas y no se adaptan al recipiente pero tienen cierta facilidad de cambio de volumen y consistencia cuando pasan de secas a mojadas.
1.3.-Propiedades QUÍMICAS
Hacen referencia a como interacciona el sustrato con la solución nutritiva, que alimenta a la planta que lo contiene.


  1. Capacidad de retención de nutrientes.
Es la capacidad que tiene el substrato de absorber los nutrientes en su complejo de cambio, midiéndose por la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC), expresada en meq/100 g. Valores entre 15 y 50 meq/100 g son idóneos para un substrato.

  1. Fertilidad
Ha de tener suficiente nivel de nutrientes asimilables. En viverismo ecológico este punto alcanza una importancia vital, ya que no podremos aportar fácilmente otros nutrientes rápidamente asimilables.

El nitrógeno debe estar en su forma inorgánica como nítrica preferentemente, debido a que la forma amoniacal podría causar fitotoxidad, entre unos valores de 51-130 mg/l de substrato. El fósforo ha de estar entre 19-55 mg/l, el potasio entre 51-250 mg/l y el magnesio entre 16-85 mg/l.

  1. Salinidad
Es otro de los puntos importantes, dada la fitotoxicidad al tener las raíces un espacio reducido.

Las cenizas deberán tener un valor inferior al 20 % en m.s. en aquellos substratos que sean orgánicos.

La conductividad eléctrica deberá estar comprendida entre unos valores de 0,15-0,50 dS/m (a 20 ºC).Todo lo que sobrepase los 500 mS/cm (a 25 ºC) corre el riesgo de ser fitotóxico (dependerá de su capacidad de retención de sales).

  1. PH
El substrato ha de tener un pH adecuado y una elevada capacidad tampón, prefiriéndose un pH neutro o ligeramente ácido, de modo que no bloquee elementos, y neutralice nuestra agua (que suele ser dura). No obstante, cada planta tendrá unas necesidades concretas que deberemos conocer.


1.4.-Propiedades BIOLÓGICAS
Hacen referencia a la componente biológica o presencia de microorganismos
en un sustrato. Las propiedades a tener en cuenta son 3:
a) Efectos de los productos de descomposición.
Muchos de los efectos biológicos de los sustratos orgánicos se atribuyen a los ácidos húmicos y fúlvicos, que son los productos finales de la degradación biológica de la lignina y la hemicelulosa. Una gran variedad de funciones vegetales se ven afectadas por su acción. 

b) Actividad reguladora del crecimiento.
Las auxinas son un grupo de fitohormonas que funcionan como reguladoras del crecimiento vegetal. Esencialmente provocan la elongación de las células.
En la mayoría de sustratos utilizados como medio de cultivo, es conocida la existencia de actividad auxínica, siendo ésta beneficiosa para el desarrollo de las plantas que los contienen.
c) Velocidad de descomposición.
La velocidad de descomposición es función de la población microbiana y de las condiciones ambientales en las que se encuentre el sustrato. Esta puede provocar deficiencias de oxígeno y de nitrógeno, liberación de sustancias fitotóxicas y contracción del sustrato. La disponibilidad de compuestos biodegradables (carbohidratos, ácidos grasos y proteínas) determina la velocidad de descomposición.
Debe tener una pequeña velocidad de descomposición, de modo que no varíen las propiedades del substrato mientras está en el vivero.




























1.5.-OTRAS propiedades
Ø    Estar exento de semillas y patógenos, lo cual no quiere decir que debamos tener un substrato completamente estéril. De hecho, los mejores comportamientos en viverismo ecológico los tenemos cuando uno de los componentes de la mezcla es el compost, en el que ha habido una pasteurización (elimina así semillas y muchos patógenos), pero contiene aún esporas de microorganismos útiles y otros seres vivos.
Ø    No tener sustancias fitotóxicas. Algunos de los substratos pueden contener sustancias negativas, como los fenoles en ciertos residuos forestales (provenientes de coníferas), o algunos restos de plantas que pueden producir alelopatías.
Ø    Homogeneidad y disponibilidad. Es importante que tengamos un material homogéneo y disponible a largo plazo, que no nos falle el suministro o cambie fácilmente de propiedades de unas partidas a otras.
Ø    Bajo coste. El mínimo posible, sin dejar de tener en cuenta las externalidades medioambientales y sociales (potenciar las economías de baja escala y locales, la contaminación del transporte, etc.).
Ø    Ha de ser fácil de preparar y manejar, ligero de peso y perfectamente miscible con otros materiales.
Ø    También debe tener buena resistencia a cambios externos (temperatura, humedades,...).
1.6.- Características del SUSTRATO IDEAL.
El mejor medio de cultivo depende de numerosos factores como son el tipo de material vegetal con el que se trabaja (semillas, plantas, estacas, etc.), especie vegetal, condiciones climáticas, sistemas y programas de riego y fertilización, aspectos económicos, etc.

Para obtener buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento de las plantas, se requieren las siguientes características del medio de cultivo:
a) Propiedades físicas:
  • Elevada capacidad de retención de agua fácilmente disponible.
  • Suficiente suministro de aire.
  • Distribución del tamaño de las partículas que mantenga las condiciones anteriores.
  • Baja densidad aparente.
  • Elevada porosidad.
  • Estructura estable, que impida la contracción (o hinchazón del medio).
b) Propiedades químicas:
  • Baja o apreciable capacidad de intercambio catiónico, dependiendo de que la fertirrigación se aplique permanentemente o de modo intermitente, respectivamente.
  • Suficiente nivel de nutrientes asimilables.
  • Baja salinidad.
  • Elevada capacidad tampón y capacidad para mantener constante el pH.
  • Mínima velocidad de descomposición.
c) Otras propiedades.
  • Libre de semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos y sustancias fitotóxicas.
  • Reproductividad y disponibilidad.
  • Bajo coste.
  • Fácil de mezclar.
  • Fácil de desinfectar y estabilidad frente a la desinfección.
  • Resistencia a cambios externos físicos, químicos y ambientales.
1.7.-Clasificación de los sustratos para viverismo.
Existen diferentes criterios de clasificación de los sustratos, basados en el origen de los materiales, su naturaleza, sus propiedades, su capacidad de degradación, etc.
1.7.1.- Según su capacidad de almacenamiento de nutrientes (C.I.C).
Las diferencias entre ambos vienen determinadas por la capacidad de intercambio catiónico o la capacidad de almacenamiento de nutrientes por parte del sustrato.
Los sustratos químicamente inertes actúan como soporte de la planta, no interviniendo en el proceso de adsorción y fijación de los nutrientes, por lo que han de ser suministrados mediante la solución fertilizante.
Los sustratos químicamente activos sirven de soporte a la planta pero a su vez actúan como depósito de reserva de los nutrientes aportados mediante la fertilización, almacenándolos o cediéndolos según las exigencias del vegetal.
  • Sustratos químicamente inertes (no almacenan nutrientes). Arena granítica o silícea, grava, roca volcánica, perlita, arcilla expandida, lana de roca, etc.
  • Sustratos químicamente activos (almacenan nutrientes). Turbas rubias y negras, corteza de pino, vermiculita, materiales ligno-celulósicos, etc.
1.7.2.-Según el ORIGEN.
Según el origen de procedencia de los materiales, tenemos: orgánicos e inorgánicos
1.7.2.1.-ORGÁNICOS (turbas, residuos forestales: tierra de bosques, compost, fibra de coco, orujo de uva de aceituna, cascarilla de arroz).
Pueden ser de origen natural, de síntesis, o subproductos agrícolas, industriales o urbanos.
  • Origen natural. Se caracterizan por estar sujetos a descomposición biológica (turbas).
  • De síntesis. Son polímeros orgánicos no biodegradables, que se obtienen mediante síntesis química (espuma de poliuretano, poliestireno expandido, etc.). 
  • Subproductos y residuos de diferentes actividades agrícolas, industriales y urbanas. La mayoría de los materiales de este grupo deben experimentar un proceso de compostaje, para su adecuación como sustratos (cascarillas de arroz, pajas de cereales, fibra de coco, orujo de uva, cortezas de árboles, serrín y virutas de la madera, residuos sólidos urbanos, lodos de depuración de aguas residuales, etc.).
  1. Turbas
Se forman por descomposición parcial de la vegetación de zonas húmedas o pantanosas, en medios anaeróbicos y, generalmente, ácidos.

Así, es una mezcla de restos vegetales y materia orgánica en diversos estados en descomposición. Existen diversos tipos de turbas, según su lugar de formación y, debido a ello, las características del entorno y la vegetación que la formaron: las turberas de zonas altas o de Sphagnum (de regiones frías, oligotróficas, ácidas y de contenido bajo en cenizas), las de zonas bajas (de zonas cálidas, eutróficas, neutras y de mayor contenido en nutrientes) y las de transición (intermedias).

Las más utilizadas, debido a su abundancia y características, son las de Sphagnum (provenientes de yacimientos nordeuropeos, americanos y asiáticos), que podemos clasificar a su vez en:

- Turbas rubias, más fibrosas, color rojizo, gran tamaño de poros, mayor aireación (90-95 % de porosidad total), con el 80-96 % s.m.s. de M.O. Su capacidad de absorción de agua suele ser de 1000-1500 g/100 g de turba. Su CIC se cifra en 100-150 meq/100 g, lo cual tiene un buen efecto tampón (CID, 1993).

- Turbas negras , de color negro, más evolucionadas, de CIC mayor (más nutrientes), más retención de agua, con un 50 % s.m.s. de M.O., son sometidas a congelación para mejorar sus propiedades físicas. Su retención de agua es de 400-500 g/100 g de turba.

La turba contiene ácidos húmicos y reguladores del crecimiento vegetal que influyen positivamente, es ligera (densidad aparente entre 0,07 y 0,35 g/cc) y se mezcla con facilidad. Presenta una microflora poco activa, pero no es biológicamente inactiva (CID, 1993). No obstante, no todas son iguales, pudiendo variar según su procedencia.
Quizás sus mayores inconvenientes, aparte de las consideraciones ecológicas realizadas anteriormente, son su bajo contenido en nutrientes (lo cual obliga a fertilizarla con complementos), y su baja mojabilidad. Una vez tiene un contenido bajo en agua, es difícil volverla a humedecer.

            Lo ideal es mezclarlas para garantizar el drenaje por exceso de agua y la retención de nutrientes y humedad, mejorando sobre todo el ph (5´5 – 6´0) puesto que la turba rubia es ácida (3´5 – 4´0).

  1. Residuos forestales: tierra de bosque
También conocida como mantillo forestal. Está constituida por restos orgánicos de diversos tamaños. Se puede emplear directamente o sometiéndolo a un proceso de compostaje, lo cual es más recomendable.

Tiene una densidad aparente baja del orden de 0,3 g/cc (ligera), porosidad cercana al 90 %, con buena aireación y retención de agua fácilmente asimilable. El contenido en materia orgánica es del 60 %. Su pH suele ser ligeramente ácido (6,5), su conductividad media (250-500 mS/cm. Su CIC suele estar entre 40-100 meq/100 g.

Dependiendo de su origen sus características pueden variar mucho, y encontrarnos sustancias fitotóxicas (fenoles de la coníferas), elevada salinidad, pH bajo (tierra de brezo, con pH 5) o escasez de nutrientes (tierra de brezo).

La tierra de brezo (para especies calcífugas, debido a su bajo pH) o los mantillos de hojas (de pino, de haya, de carrasca, de algarrobo,...) son casos particulares de este tipo de substratos. Tienen buenas propiedades de retención de agua, porosidad y escasa proporción de nutrientes.

  1. Residuos agrícolas o ganaderos: COMPOST
A través de un proceso de compostaje, todos aquellos restos de cosechas, de poda, estiércoles, purines, pelos, etc., podemos convertirlos en un substrato útil también para nuestro vivero. Por lo general se habrá de tamizar para conseguir el tamaño de partículas que nos interese.

Parecido al anterior en cuanto a propiedades, tiene un alto contenido en nutrientes (siempre que se haga en buenas condiciones), lo cual lo convierte en uno de los candidatos con mayores posibilidades en las mezclas de vivero ecológico. Su CIC suele estar entre 50-100 meq/100 g, el contenido de M.O. entre 40-60 % s.m.s., y una relación C/N entre 10-20. Su densidad aparente es del orden de 0,29 g/cc (ligero) su aireación es buena y su retención de agua asimilable también.

El problema puede venir por la falta de accesibilidad y regularidad, poca homogeneidad si no se realiza siempre con idénticos materiales, aunque el efecto tampón de los ácidos húmicos que contiene puede paliar en parte este defecto. Podemos encontrar también exceso de nutrientes o sales, por lo que podemos desarrollar plantas con mucho vigor en la parte aérea, y escaso desarrollo radicular (problemas de trasplante).

  1. Fibra de coco
Desecho de la industria alimentaría de procesado de coco, se obtiene principalmente en zonas tropicales.

Son las fibras entrelazadas que se rascan en la cáscara de coco cuando se limpia.

Sus ventajas son la estabilidad física (mayor que la turba), porosidad elevada (95 %), baja densidad aparente menor que la turba (0,05-0,07 g/cc, muy ligero), alta aireación (40 %), y buena CIC (100-150 meq/100 g). Su pH es de 6.

Por contra, su salinidad es alta si es fresca (>600 mS/cm). Habríamos de someterla a un lavado y/o compostado (para rebajar su fitotoxicidad).
Sus mezclas con turbas son ideales, pues permite compensar los inconvenientes de las turgas al creas un sustrato fácilmente rehidratable y con mejor drenaje. A su vez las turbas mejoran su baja C.C.C, y la retención de la humedad.

  1. Orujo de uva de aceituna.
Desecados y triturados, compostados o no, estos materiales pueden ser utilizados en viverismo. Para plantas y contenedores pequeños, se han de triturar suficientemente.

El de uva, subproducto de la industria del vino, proporciona buena aireación y capacidad de retención de agua asimilable, aunque conviene compostarlo. Su M.O. es del 90 % s.m.s., con baja densidad aparente (0,15 g/cc).

El de aceitunas puede tener problemas de compostaje y de hidrofobia por su elevado contenido en grasa, por lo que normalmente no se usa en vivero.

  1. Cascarilla de arroz
Subproducto de la industria arrocera, se puede utilizar directamente o compostado, una vez se ha extraído la semilla del cereal.

Su densidad aparente es de las más bajas (0,1 g/cc9, mientras que tiene una porosidad total muy alta (92,6 %). Así, su volumen de materia seca será bajo, teniendo una gran capacidad de aireación (muy útil para airear).

Su inconveniente reside en su nula capacidad de retención de agua (literalmente la escupe; pensemos que está diseñado para ello, dado que es la cubierta de un cereal acuático). Así, su uso debe ser de mero acompañante, como los materiales inorgánicos. Podemos tener problemas si se queda en exceso por encima del alvéolo (no dejará pasar al agua y no mojará; esto ocurre cuando se mezcla con arena, debido a la mayor densidad de ésta, la arena cae hacia abajo, mientras que la cascarilla “flota” quedándose en la superficie).

1.7.2.2-INORGÁNICOS (perlita, vermiculita, arcillas expandidas, zeolita, fibra de arena, cenizas)
Al igual que en los orgánicos, pueden ser de origen natural, transformados o tratados, residuos y subproductos industriales.
  • De origen natural. Se obtienen a partir de rocas o minerales de origen diverso, modificándose muchas veces de modo ligero, mediante tratamientos físicos sencillos. No son biodegradables (arena, grava, tierra volcánica, etc.).
  • Transformados o tratados. A partir de rocas o minerales, mediante tratamientos físicos, más o menos complejos, que modifican notablemente las características de los materiales de partida (perlita, lana de roca, vermiculita, arcilla expandida, etc.).
  • Residuos y subproductos industriales. Comprende los materiales procedentes de muy distintas actividades industriales (escorias de horno alto, estériles del carbón, etc.).
  1. Perlita
Obtenida a partir de rocas volcánicas vítreas con yacimientos principales en USA y Nueva Zelanda, sometidas a un calentamiento rápido (870-1000 ºC) hasta producir su expansión. El agua que contiene la roca origina burbujas, siendo muy porosa y ligera, grisácea-blanquecina, de fácil triturado, pH neutro, poco activa químicamente (CIC inapreciable).

Posee una ligera capacidad de almacenar agua, por lo que es utilizada para airear substratos y dar mayor permeabilidad.

  1. Vermiculita

Es un silicato de Aluminio, hierro y magnesio, de estructura laminar, cuyos principales yacimientos se encuentran en USA y en Sudáfrica. Se obtiene un material apto para substratos calentando por encima de los 800 ºC durante 1 min. este material arcillo-micáceo, exfoliándose y aumentando 20-30 veces su volumen inicial.

Es ligero (0,1 g/cc). Tiene una buena CIC (100-150) y efecto tampón, siendo su pH ligeramente básico (mayor en las de Sudáfrica). Aportan buenas cantidades de magnesio y potasio.

Podemos tener la vermiculita estándar, con una capacidad de retención de agua buena, o vermiculita hidrófoba.

En cultivos de larga duración colapsa la apertura de láminas, disminuyendo de modo importante su aireación.
Es muy frecuente su uso en semilleros, al crear una fina y ligera capa que de alguna manera “sella” el alveolo, consiguiendo que se mantenga mejor la humedad.

  1. Arcillas expandidas (ARLITA).

De modo similar a la vermiculita, se expande la arcilla a temperaturas del orden de los 1200 ºC. Se originan formas esféricas, con microceldillas de aire en su interior. Son duras y estables.

Son de pH neutro, sin actividad química. Se mezclan con materiales orgánicos para aumentar la densidad, facilitar el drenaje, elevar su volumen de aire y reducir el de agua útil.

  1. Zeolita.

Son un grupo de silicatos hidratados de aluminio fundamentalmente sódico, producidas naturalmente por alteración de rocas volcánicas. Hay 35 grupos naturales, aunque debemos tener cuidado con los sintéticos.

Los de uso agrícola (mordenita, clinoptilotita) tienen una buena CIC (25-30 meq/100 g). Puede existir riesgo de liberación de sodio en cultivos de mayor duración en maceta.

  1. Fibra de arena.

Conviene utilizar arena cristalina, exenta de cal o sales, ya que la de piedra caliza (de obra o río de zonas calcáreas) puede aumentar en exceso el pH y causar problemas de bloqueo de nutrientes y carencias. La arena de playa no es recomendable por su elevado contenido en sales. La más recomendable es la del lavado del caolín.

Es un material de alta densidad (1,5 g/cc), y por tanto pesado, por lo que no lo recomendamos para bandejas ni macetas que se hayan de trasladar largos periodos o espacios. Da una aireación aceptable y retención de agua buena, pero endurece el substrato por la baja porosidad. Las raíces pueden tener dificultad en desarrollarse.

Es mejor para plantas grandes que para pequeños vegetales.

6.-  Cenizas.

Obtenidas a partir de la combustión de materiales orgánicos, podemos hacer uso de ellas como un complemento mineral.

Tendrán un elevado contenido en sales, sobre todo potásicas, alta higroscopicidad, y baja aireación. No deberemos mezclarlas en grandes cantidades para no salinizar el substrato.

1.8.- Pautas generales a tener en cuenta a la hora de producir un sustrato según las distintas condiciones.

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de establecer “recetas” o proporciones adecuadas para producir un sustrato, es que sigue la misma regla que la mayoría de cuestiones que tienen que ver con la agricultura por ser esta la ciencia del “depende”. Y es por tanto, que no existe un sustrato ideal, el mejor sustrato de cultivo en cada caso, varía en función de numerosos factores de tipo: vegetal, (especie, semilla, esqueje, planta), climático, tamaño y forma del conteneros, sistema de riego, y fertirrigación y sobre todo la experiencia den el manejo de un sustrato concreto, debido a que cada especie, e incluso variedad, requiere un sistema de cultivo específico. Es importante asumir, que no todos los sustratos se deben regar o abonar de la misma manera, pues cada uno tiene características propias.

Con todo y con eso, a continuación se establecerán unas pautas generales a tener en cuenta a la hora de producir un sustrato, en función de unos condicionantes determinados.
Por tanto, la base del éxito en el manejo de los sustratos, supone  conocer cada especie.

  1. Los sustratos destinados a tanto a planta de interior como de temporada, deben ser preparados principalmente con turba rubia y fibra de coco, mientras que los de exterior se pueden usar corteza de pino u orujo de uva.
  2. Existen claras diferencias entre los sustratos destinados a plantas a pasar más o menos tiempo en la maceta, de tal manera que es importante fabricar un sustrato que no se degrade (mayor proporción de turba negra) con facilidad en aquellos casos en los que ha de pasar más tiempo.
  3. Otra de las causas que determina la utilización de un sustrato u otro es el lugar en donde se va a llevar a cabo el cultivo, de tal manera que si es en los cultivos en el exterior es conveniente utilizar sustratos más pesados con el fin de dotar al contenedor de más peso y por tanto reducir las posibilidades de vuelque por la acción de agentes metereológicos (turba negra y rubia). Por el contrario si es en el interior, ocurre todo lo contrario debido a los frecuentes casos de reubicación de la planta. (Turba rubia y negra)
  4. Si la planta ha de soportar largos periodos de transporte, se le ha de dotar de sustrato con buena capacidad de retención de agua y nutrientes, para paliar la deficiencia postventa.
  5. Si, el riego es frecuente, el sustrato ha de tener alta capacidad de aireación (perlita-arlita, fibra de coco, turba rubia. Si es abundante, debe ser capaz de absorberlo en poco tiempo. (Turba negra sobre todo)
  6. En lo referente a la multiplicación (semilla, esqueje), se suelen aplicar sustratos provenientes de mezclas de turba negra y rubia, tamizadas o de baja granulometría con el fin de proporcionar un mayor contacto con el material a propagar, ya que de trabajar con granulometrías mayores, podrían desecar el material.
  7. Si trabajamos con planta para “engordar”, se deben fabricar sustratos con mayor granulometría, es decir, más grandes, pues es necesario un mayor drenaje y areación (turbas rubias y negras junto con “aireador” (perlita, arlita, fibra de coco).
  8. Los utilizados para multiplicar especies muy rústicas o de monte, se ha de utilizar sustratos muy aireados, y de ph alto, con el fin de intentar reproducir su hábitat natural.
  9. Si se requiere mayor drenaje en “engorde”, aumentar la proporción de elementos gruesos o que proporcionen aireación, como la fibra de coco, perlita o arlita, a la vez que se disminuye la proporción de turba negra.

2.- CONTENEDORES
2.1.-INTRODUCCIÓN
Los contenedores (maceta o tiesto), no dejan de ser el suelo que alberga plantas, es decir, tienen las mismas funciones que el suelo pero en miniatura, por lo que hay que facilitarles todo lo necesario para que actúe como tal.
Cualquier recipiente es apto de convertirse en macea y mantener una planta, ya que su principal misión, aparte de mantener a la planta, es ser decorativa.

2.2.- CONDICIONES QUE DEBE TENER UN BUEN CONTENEDOR:

Ante todo un contenedor ha de ser funcional, y para ello debe de tener las siguientes características:

  1. Permita la mecanización de los trabajos, principalmente llenado y semillado.
  2. Sea manejable y resistente (no se rompa al cogerlo, se pueda coger y mover fácilmente, tenga un tamaño tal que no pese demasiado una vez se ponga el sustrato...)
  3. Ocupe el mínimo espacio pero que no produzca elevada competición por la luz (daría plantas alargadas y de fuste poco lignificado). Tamaños grandes de boca en alveolos ocupan más espacio y dan plantas con poco crecimiento en altura.
  4. Tenga la posibilidad de reciclaje o reutilización, se pueda agrupar en bandejas y/o apilar en bandejas de alveolos.
  5. Permita sustituir las plantas mal desarrolladas o las marras.

  1. Facilite el transporte por apilados en camiones, y su transporte y distribución en el monte, obra o zona a ajardinar.

  1. Mantenga adecuadamente la humedad y aireación del sustrato.

2.3-MATERIALES UTILIZADOS

2.3.1- Barro Cocido.
El barro cocido, presenta las siguientes características:

  • Suele ser pesado, lo que lo hace muy estable
  • Puede sufrir cambios de color por la composición del agua de riego.
  • Puede resistir heladas suaves siempre que esté seco, ya que al ser poroso puede provocar que se rompa, ya que al congelarse el agua, y derretirse varias veces, se van abriendo poros por lo que termina agrietándose.
  • Dentro del barro cocido, se pede encontrar la terracota, que es resistente a las heladas.
  • Cuando se compre una envase de barro, dado que es un material poroso, y por tanto susceptible de absorber humedad, es conveniente sumergirlo en agua durante varias horas, para que no absorba la humedad del primer riego.

2.3.2- Plástico.

Son muy ligeros, por lo que se hacen muy manejables, duraderos y baratos. Se pueden encontrar diseños, formas y tamaños muy variados. Suelen mantener la humedad y su dureza y resistencia dependen del plástico.

Entre sus inconvenientes destacan que:
  1. Se rajan con facilidad.
  2. Pueden calentarse dañando las raíces.
  3. En la mayoría de los casos, no cuentan con sistemas antiesperilizantes, que eviten la espirulización de las raíces, o lo que es lo mismo, que éstas se distribuyan en el exterior de la maceta y no en el interior de la misma, generando problemas de enraizamiento posterior, dado que la raíz tiene “memoria” y tenderá a seguir una disposición en espiral una vez producido el transplante.
Ventajas:
  1. Resisten las heladas
  2. Al ser impermeables, se secan pronto.
  3. Retienen bien la humedad del sustrato, por lo que se deben regar con menos frecuencia que las macetas de barro cocido.

2.3.2.1- Tipos de contenedores de plástico en función de su uso

         A.- Para el SEMILLADO. Se utilizan tres tipos de contenedores:

1-Bandejas de semillero o cubetas:

Se utilizan para semillas con un porcentaje de germinación muy bajo o para estratificados que no permiten ya una siembra homogénea en alvéolos (al estar mezclados con turba o haberse desprendido las cubiertas). Las bandejas de
semillero obligan al repicado a raíz desnuda cuando las plántulas tienen unas pocas hojas verdaderas, proceso que consume grandísimas cantidades de mano de obra por lo que se deben de utilizar sólo si no queda más remedio.

2. Bandejas mini-alveolares o mini-plug:

Cuentan con un gran número de alvéolos de muy pequeño volumen (normalmente, de 10 a 30 cm3 como máximo). Se recomiendan sobre todo para semillas con porcentajes de germinación medios o altos o de germinación escalonada ya que en este último caso es rentable el trasplante para conseguir bandejas homogéneas (si no en una misma bandeja pueden convivir plántulas de unos días con plantitas de varias semanas que les impidan la llegada de luz y agua a las pequeñas). No se utilizarán si el porcentaje de germinación es muy bajo, en cuyo caso su uso sólo es rentable si se emplean sembradoras mecánicas que colocan un número elevado de semillas por alveolo. Tienen como ventaja adicional que en el repicado las raíces de las plantitas sufren mucho menos al tener un "mini-cepellón", por lo que no se repican a raíz desnuda como en las bandejas de semillero.

3. Bandejas de alveolos:

Con volúmenes normalmente comprendidos entre 150 y 350 cm 3, se utilizan para semillas grandes  como bellotas, castañas, cicas (no caben en las mini-alveolares y, además, suelen tener un porcentaje de germinación alto) o para aquellas con un alto porcentaje de germinación en las que la posibilidad de alveolos vacíos es casi nula y cuando se pretende que pasen allí su primer año de vida, con lo cual así no necesitamos repicarlas (principalmente se utiliza esta técnica para árboles para engorde y planta forestal para repoblaciones).

En el caso de querer pasar las plantitas a contenedor individual ("maceta") tras unas pocas semanas utilizaremos mini-plugs o bandejas alveolares de pequeño volumen.

         B.- Para el ESTAQUILLADO

Nos encontraremos con los mismos sistemas que para semillado pero sin utilizar bandejas de semillero. Así, tendremos:

1-Bandejas de mini-alveolos o mini-plugs:

Para estaquillados de muy pequeño tamaño, como los de aromáticas o algunas especies dunares.

2. Bandejas de alvéolos de pequeño tamaño (75-150 cm3)

Las más utilizadas para el estaquillado semileñoso y leñoso en viveros ornamentales. La plantita pasará allí unas pocas semanas hasta estar enraizada y se repicará a contenedor individual para su engorde en el propio vivero o venta a viveros finalizadores.



3. Bandejas de alveolos de mayor volumen (200-300 cm3)

Normalmente sólo se utilizan en viveros forestales para estaquillado leñoso de caducifolias. La planta permanecerá en este alveolo desde su estaquillado  (invierno) hasta su venta a finales de otoño o invierno del siguiente año (con una savia).

         C.- Para el ENGORDE

Estos contenedores no cuentan con sistemas antiespiralizantes pero su precio es mucho más bajo.  En el caso de planta pequeña que se vende tras el primer repicado, a menudo se utilizan contenedores de sección cuadrada que Permiten un mejor aprovechamiento del espacio (no quedan huecos entre contenedores como ocurre con los de sección circular):

Los contenedores con sistemas antiespiralizantes y mayor volumen (hasta unos 8 L) tienen mayor precio y, al ser más alargados que los anteriores para igual diámetro, requieren mayor cantidad de sustrato y riegos, lo cual encarece el coste de la planta.

Sin embargo, crean un sistema radicular más equilibrado al ser más profundo, y mejor formado (sin espiralizaciones ni otras malformaciones radiculares). Por ello sí que cuentan con mercado en el sector de la restauración paisajística donde la mejor capacidad de arraigo y supervivencia de la planta criada en estos contenedores es muy apreciada.

2.3.3- Metal.

Existen contenedores de este tipo realizados de varios tipos de metales (cobre, plomo, latón, aluminio, zinc, etc.)
Su único inconveniente es su interior, ya que si no convenientemente aislado del metal que lo compone, puede su disolución puede resultar tóxica para la planta.

2.3.4- Papel.
Suele ser muy usadas en la plantación de hortalizas, puesto que sus paredes son endebles y las raíces pueden atravesarla, evitando, su  malformación por presión. Esta propiedad viene muy bien a la hora del transplante definitivo, puesto que se degrada fácilmente eliminando, por tanto, la preocupación por elegir la época más adecuada de transplante.

2.3.5- Fibras Vegetales (turba, madera).

Las principales ventajas de estos tipos de macetas son:
  • Su capacidad de aislamiento contra el calor
  • Su excelente porosidad, por lo que se crea una excelente aireación.
  • Su factor decorativo.
Como inconvenientes, tenemos:
  • Baja durabilidad, pues se pudren fácilmente.
  • En la mayoría de los casos pesan demasiado.
  • Grandes dimensiones por lo que se convierten en “aparatosos”.


                  

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